31 enero 2013

Lleva bragas limpias, dinero y no sueltes tu copa.


"Los bebedores"1890.
Vincent Van Gogh 
Óleo sobre lienzo.  
Instituto de Arte de Chicago.
Chicago. USA.


En el título están los tres grandes consejos de "la mamma" para ir por la vida. Son la base sobre la que vendrán los demás consejos, que en realidad son solo variantes de estos tres. 

Lo de las bragas limpias es el primero. De pequeña, la verdad no le daba mucha importancia, es un rollo tener que ponerte ropa interior limpia todos los días pero por no escucharla, lo hacía. 

Luego fui creciendo y la mamma  introdujo nuevos elementos, cómo "vas a ir con esa camiseta rota, mira el bajo de esos pantalones todo deshilachado, a esa chaqueta le falta un botón..." Mi madre siempre usa el mismo motivo para hacer presión,"ysitepasaalgoenlacalleytienequevenirunmédicoytúconlospantalonesasí"(pausa para respirar). Ahí es cuándo yo pienso, si me pasa algo en la calle y tiene que venir un médico y el doctor se preocupa más de mis pantalones que del patatús que me ha dado, apaga y vámonos. Pero soy débil y si la mamma está presente acato y salgo hecha un pincel.

El segundo consejo es de mi adolescencia, cuándo empecé a tener vida social más allá del parque. Siempre me decía, lleva dinero, no para gastártelo todo, lleva de más por si acaso. Ahora parecerá una tontería, tiras de tarjeta de crédito y listo pero por aquel entonces eso era un sueño de mayores y llevar dinero "de más" me ha sacado de algún que otro apuro. También os digo que llevar dinero de más puede ser llevar 50 euros o 5, depende del día del mes.
Y la última y no por ello menos importante "NO SUELTES TU COPA" en mayúsculas porque me daba mucho miedito las razones de mi madre para seguir este consejo. Te pueden echar cualquier cosa, te drogan y luego vete tú a saber que te hacen y dónde te dejan, que lo mismo apareces en un descampado. Ahí queda eso, ahora soltad vuestra copa si os atrevéis.

Ultimamente "la mamma" es media "mamma", los virus no la dejan en paz y ese carácter que la define se ha mermado un poco. Ahora echo de menos sus ramalazos consejiles y cuándo vuelvan los echaré de más. Así soy yo.