Aquí estoy, soy una inconstante y me da rabia. La verdad es que casi todos los días pienso, esto tengo que contarlo y al final lo cuento, pero no aquí. Mis estados de facebook, cada vez se parecen más a un microblog.
Podría prometer que voy a escribir todos los días pero eso de prometer algo sabiendo que lo mismo no va a pasar, no va conmigo.
Pero cómo decía aquí estoy para presentaros a Periscopio.
Hace unos meses, una amiga de la universidad me regaló una lata que tenía dentro una judía para plantar. Me encantó. Yo, la persona que se queda en casa sóla al cuidado de las plantas de mi madre y que al final o las ahoga o las mata de sed. Es que bajo presión no funciono, mi madre me llama y lo primero que me pregunta es ¿cómo está el bonsai? ¿y la (inserte nombre de planta que yo jamás identificaré a no ser que me diga cómo es la maceta)? Pero me hizo ilusión. La planté y bautizé. El nombre le viene que ni pintado.
Al pricipio era chiquitaja y en la lata vivía feliz.
Y empezó a crecer
y a crecer
Y ahora mide un metro y medio. He tenido que cambiarla dos veces de tiesto. Estoy preocupada, es una planta muy cabezota. Cuándo empezó a crecer la guía se enrrollaba con el poto de mi madre (sí, un poto puedo identificarlo, más que nada porque nos está invadiendo la terraza) y yo intenté guiarla hacia otro lado. No le gustó, dejó de crecer esa guía y le salió otra. El mismo problema, la misma solución (sí me cuesta aprender) y la misma cabezonería.
Ahora tiene tres guías, todas paradas y ya no crece. Y no echa más hojas y por supuesto no ha dado flores. Por lo tanto no tengo judías.
Lo más divertido es que cuándo crecía, lo hacía en horas. De la mañana a la noche podía crecer cinco centímetros. Y en mi familía hacíamos cónclave, mi padre que si es una judía muy rara y mi madre que si ocupaba mucho ( hablar así de mi judía, lo que pasa es que crecía más que sus plantas, ajajaj).
Todas las mañanas la saludo nada mas levantarme, a ver si la animo pero me da que al final voy a tener que hacerme a la idea de que Periscopio es cabezota y no va a da judías.
Y sí, esta entrada es para que confirméis que estoy loca. Y un homenaje a Periscopio que me hace sonreir todas las mañanas.